miércoles, abril 07, 2010

Del archivo: Slumdog Millionaire (2008)

EL NEOMISERABILISMO EXOTISTA

Quentin Tarantino, David Fincher y Danny Boyle fueron algo así como la Santísima Trinidad de la Posmodernidad noventera, trabajada a la antigüita. Curiosamente la bolsa de trucos que los hizo famosos rápidamente se volvió rancia, al volverse tan influyentes para un séquito de seguidores o imitadores, y para la cultura pop en general. Tarantino, quizás el más ecléctico de ellos, ha sabido renovarse en cada cinta que le ha seguido a su Pulp Fiction, principalmente por hacerle caso a su conciencia cinéfila en las mimetizaciones de sus obsesiones personales. El insufrible Fincher, temeroso para siempre de que se le tachase como un “director de videoclips”, ha elegido la sobriedad y la contención ajena a la posmodernidad que lo catapultara al estrellato sacrobovino, aunque con resultados francamente de hueva (Zodiaco y El curioso caso de Benjamin Button parecen penitencias más que otra cosa). Y el otrora más prometedor de los tres, es el que se alzó como campeón indiscutible en la recién entrega de los Oscares, arrasando gracias a la exotista fantasía miserabilista Slumdog Millionaire.

Si México puede cinexplotar el tema de los niños de la calle, manchando a los actores de De la calle (Gerardo Tort, 2001) con tizne, ¿Por qué el Reino Unido no puede regresar a una de sus ex colonias y sumergir en mierda a uno de los tantos no-actores infantes que pululan en las barriadas lumpen de Mumbai? Así es que con la ayudadita de la misma bolsa de trucos ya anacrónica (close-up extremo, encuadres chuecotes dizque audaces, musiquita tecno posmo ahora de sabores exóticos, edición ultrafragmentada; trucos que por cierto no vuelven a la película energética sino cansina), se va a armar un filme de una cursilería y blandenguería sentimental admirable, sumergido en excremento, para solaz y entretenimiento de los espectadores occidentales, en especial para aquellos que padecen de white guilt y se laven algo de ella .

Diseñada fría y calculadoramente para presionar todos los botones correctos del público adecuado en el lugar y tiempo adecuados (8 oscares y 110 millones de dólares y contando no pueden estar equivocados ¿o sí?), no se puede negar la vocación manipuladora de la película. No importa todas las miserias por las que Jamal (Dev Patel) ha tenido que pasar, no importa toda la mierda recibida, no señor. Todo está cuidadosamente escrito en el destino (bonita manera de justificar lo implausible rebosante y el abuso inclemente de coincidencias en el filme) para que pueda contestar cada una de las preguntas que lo volverán millonario para alegría de los espectadores del show y de la película misma, para que finalmente pueda encontrar a su amada Lathika por la que suelta sin ton ni son una sarta de frases sobadísimas "como sacadas de una novela de Paulo Coelho" según Guido Castillo (nada más faltó el “amar es nunca tener que pedir perdón”).

Apelar a Dickens para la defensa de la película no es justo. Ni para Dickens ni para la película. Particularmente porque Jamal y Lathika nunca surgen ante nuestros ojos como seres de carne y hueso, sino como meras abstracciones o conceptualizaciones, vasos en los que se vierten las fantasías exotistas de los creadores. Donde en Dickens hay auténticos seres humanos en las figuras de The Artful Dodger o Mr. Scrooge, acá sólo hay una especie de monigotes. De tal manera que desprovisto del humanismo de Dickens, el prefabricado “destino” que se inventan jamás puede tener auténticas resonancias metafísicas y espirituales. Es sólo un recurso barato para justificar todas las elecciones narrativas, que piden nunca ser cuestionadas.

Al final, es claro el mensaje, con todos los habitantes de la barriada arremolinados alrededor de los aparatos de televisión como si se tratara del clímax de una película de Michael Bay: no importa la educación (porque leer una obra como Los tres mosqueteros de Dumas no es útil ¡sino para saber a las respuestas de un show de TV!), no importa que el Tercer Mundo no pueda siquiera alcanzar el nivel de subsistencia: mientras tengan Amor ¿qué más pueden pedir?

Por su insensibilidad cultural, por su prefabricado pero certero “optimismo”, por su sentimentalismo hipercalculado como sacado de cualquier manual de guiones, por su franca posmodernidad anacrónica, por ese folklore ultracool de la pobreza extrema, por su "neorrealismo mágico de postal turística" (José Abril), Slumdog Millionaire de Danny Boyle, sin problemas entra al Club de la Infamia de quien esto escribe. Su éxito a lo largo y ancho es motivo muy personal de preocupación. Que nos cojan confesados.

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Slumdog Millionaire 5

10 comentarios:

Paxton Hernandez dijo...

Disculparán la falta de imágenes, pero no se pueden subir a blogger desde la oficina.

Silencio dijo...

pues sí, que horror, faltaba Silvia Pinal como relatora de la vida de la puta. ASh

R-ee dijo...

Jaja extrañaba tanto el sarcasmo detras de la crítica...

ya bloguea mas seguido no?¿

Unknown dijo...

Dear Paxton:

Soy fan de Danny Boyle, desde que era un señorito modesto haciendo series británicas con bajo presupuesto. No obstante, no fui fanático de Slumdog Millionaire(Shitboy)-al contrario, creo que me dormí- o como guste llamarle. Sufrí de irritación estomacal cuando supe que le habían nominado a mejor filme... y no querrás saber que pasó con mi estómago cuando le dieron el Nacademy Agüor. Aunque tenga el gusto más prosaíco en cuanto a filmes, esta vez, si estuvo haciendo caca con las manitas el Danielito. Nada agradable y mucho menos loable a lo que fue de sus películas pasadas, ya que basarse en temas tan simples y tan provocadores para la mercadotecnia actual (o no sé si esté vacilando en cuanto a las bases de la cinta). Obvio, no es justo quedarse en el pasado, pero acá entre nos, prefiero quedarme con el Boyle que sacó "Shallow Grave" a quedarme esperando que haga una adaptación mas grosera de algún thriller pedorrito sacado de la biblioteca... sin ofender a los Scorcesistas.

Me acongojo, por no decir peladeces, al observar y experimentar, que ya no hay trucos nuevos para los perros viejos. ¿Será acaso que ya ven sus últimas en el cine, o como directores mejor dicho, y por eso quieran alcanzar una presea (éxito) que los corone en este plano mainstream del celuloide?

Contando bien, creo que Tiarantino es el único que sigue teniendo el "tacto" ó el toque que le caracteriza. Hasta me atrevo a decir, que Tim Burton ha sido más trascendental en las características para reconocer facilmente al creador. Creo que Boyle perdió tacto, características y el toque, desde que soltó la rienda de los temas de juventud.

Como diría José Agustín: "Se la jaló tanto, que ya se le seco y se le ha marchitado." En fin, es el ciclo, el inicio, el ascenso y la muerte de una estrella para dejar nacer a otras.

... o chance y soy un extremista y mañana saca algo bonito que supere mis espectativas. Tendré fé.

Una última cosa, ¿le puedes subir punto cinco a tu calificación? Digo, tan siquiera el soundtrack estuvo coqueto.

¡Saludos!

Taquero Narcosatánico dijo...

No me molestó tanto en su momento (aunque estoy de acuerdo en que si es un culebrón) pero la lejanía no ayuda mucho para defenderla.

Ay, ese chavo Danny Boyle. Mejor que vuelva a hacer Sunshine.

marichuy dijo...

Paxton

Nomás por el placer de venir a regurgitar mi "falta de corazón", aquí estoy.

Yo la odié; odie su atiborre de clichés y su embellecimiento de la miseria; odié su sensiblería bara bara y su espíritu supinamente chantajista; odié ese mensajito (bien dicho por Guido) como de libro auto-ayuda a lo Paolo Coelho; odié toda la faramalla a su alrededor. Pero sobre todo, odié que tanto Hollywood como la Academia Británica hayan premiado esta cosa en el peor año de la recesión mundial, porque mientras los Madoff del capitalismo salvaje estafaban a medio mundo, los jodidos enmierdados -pero bien bonitos- del antiguo Indostán, sonreían a la vida y al amor... Puaff

Besos sin corazón, jeje

Rubo dijo...

Ay, a mí si me gustan los clichés.

Aunque si hubiera quedado mejor como telenovela del 2, espero que la adapten.

Joel Meza dijo...

Sunshine es una belleza.

Unknown dijo...

The Island, Sunshine, Shallow Grave y 28 days later son una belleza.

Paxton Hernandez dijo...

Completamente de acuerdo, menos con The BEACH (The Island? Uh?)