Los regios cholos
La tardía aunque por completo apasionante ópera prima deRené U. Villarreal, Cumbia callera (México, 2007), es un musical en que los protagonistas no cantan ¡ni dialogan! en donde sus canciones nunca interrumpen el flujo narrativo, un milagro anómalo de poderosa expresividad, una sensual explosión multicolor que retrata inmejorablemente una zona y una cultura local desconocida para casi todo el país, el "gran filme sobre cultura juvenil" que ya nos hacía falta aunque sea tan regionalista, un romance volcado sobre un triángulo amoroso nunca sórdido, ni tremendista pero sí permisivo y hasta gozosamente libertino, una obra maestra del extinto cine popular para hacer correr despavoridos a los esnobs más aguerridos aunque ya haya triunfado con contundencia en los festivales de Moscú, Santa Cruz y San Juan de la Luz.
Cumbia callera o la copla rediviva. Curiosamente como musical no tiene sus raíces en la opereta europea, como la mayor parte del cine musical hollywoodense y el teatro de Broadway, sino en la tradición del corrido y la copla mexicana; las canciones nunca son entonadas por los protagonistas aunque son una exposición exacta de sus motivaciones y sus sentimientos, un comentario sobre la trama nunca al margen, puesto que la falta de diálogos se compensa por las estupendas canciones que son monólogos internos.
Cumbia callera o la pasión febril. Este triángulo amoroso formado por La Cori (Fernanda García), El Güipirí (Andul Zambrano) y El Neto (Mario Cantú, el cieguito de Así) parte de las pulsiones más elementales y nunca se torna sensacionalista ni cretino, más se respira dentro de él una excelente observación de las formas en que la juventud mexicana modelo siglo XXI se relaciona entre sí. Una película que no le tiene miedo alguno a la embriaguez por placer sexual ni a sus consecuencias no siempre alegres, a años luz de una basura tan apanicada de la sensualidad como Pamela por amor (Rodolfo Galindo, 08)
Cumbia callera o la frescura vital. He aquí una brillante película de jóvenes para jóvenes sobre jóvenes, insólitamente dirigida por un cincuentón, que es baile fresco y renovante que es alegría pura que es fascinación por la simple sensación de vivir y encontrar o perder el amor o volverlo a encontrar por partida doble.
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Cumbia callera 8