domingo, junio 14, 2009

Casta de malditos (1956)


La confluencia de tiempos y el peso del movimiento del reloj arrasa todo y a todos, como lo establece en la escena inicial el narrador omnisciente que dejará clara la estructura audiovisual y espacio-temporal de la película. Arrasa al impeutoso Johny Clay (Sterling Hayden), quien organiza al equipo para realizar el atraco multimillonario al hipódromo. Arrasa al barman Mike O'Reilly (Joe Sawyer), a quien se le asigna la tarea de portarse valeroso en el momento de una pelea con un grandulón en el bar del hipódromo, por completo orquestada. Arrasa al pusilánime empleado de la taquilla de apuestas George Peatty (Elisha Cook, jr.), sumido en un matrimonio infernal con la arpía Sherry Peatty (Marie Windsor), encargado de darle acceso a Clay en el momento crucial, hacia las arcas repletas de fajos de billetes. Y arrasa con el resto del equipo formado para hacer el atraco, aún los dos contratados de último minuto para iniciar la pelea y disparar al caballo en plena carrera, suceso que iniciará el alboroto distractor para poner en marcha el plan, calculado con precisión milemétrica.

El cuarto largometraje del precoz genio neoyorkino Stanley Kubrick (tras el film noir pregodardiano El beso del asesino), con base a un guión propio y de Jim Thompson sobre la novela Clean Break de Lional White, Casta de malditos (The Killing, EUA, 1956) es una sensacional heist movie de perfeccionismo enfermizo e implacable intensidad, una obra maestra absoluta sobre la crueldad del destino o cualquier cosa que se le parezca, un film noir plagado de ironía y acidez menos interesado "en la idea de proponer nuevos caminos estéticos para dorar la píldora que simplemente dorar la píldora mediante nuevos caminos estéticos" (Agustín Galván), una asombrosa y maniática construcción de tiempos y espacios adelantada por décadas a que las moditas de narrativas fragmentadas y confluyentes irrumpieran en escena bajo el cobijo de Tarantino, Madonno Ritchie, Iñárritu y sus compinches, un relato demasiado brillante y atractivo que sólo puede existir en el cine.

Casta de malditos o la reinvención extrema. La explosiva cruza genérica entre heist movie y film noir se sublima con cada género abrazando al extremo sus respectivas convenciones en lugar de romperlas. Así, mientras El beso del asesino se veía y escuchaba como si Godard hubiera filmado un film noir en tierras americanas, Casta de malditos establece el sello particular de fuerza e intensidad que tendría el sello de Kubrick. Sólo ceñirse a las convenciones genéricas con esa fuerza, permite dinamitarlas desde adentro.

Casta de malditos o la espiral descendente. Admirable es la habilidad de Kubrick para elaborar esta galería de personajes tan repulsivos, tan ruines y tan bajos, alguno de ellos de plano vomitivos (la citada arpía Sherry Peatty es un excelente ejemplo: ególatra, interesada, egoísta, materialista y hasta adúltera) y al mismo tiempo trabajar sobre la fragmentación de los tiempos y espacios: mientras peor caen los personajes, los segmentos de espacio-tiempo fragmentados se van acortando, cual círculos concéntricos, como si se tratara de una espiral cada vez más estrecha y opresiva. El hecho de que ninguno, absolutamente ninguno, de los personajes tenga una cualidad redentora igualmente es digno de alabanza, porque nunca dejan de ser atractivos o carismáticos o de plano fascinantes ante nuestros ojos. La metafísica del antihéroe.

Casta de malditos o la broma cósmica. Un pequeño y chingativo french poodle dará al traste con los planes de Clay de escaparse con el botín y con su amante desechable: es el chiste supremo colmado de ojetez, la impúdica carcajada de los dioses, la resignación arrasante de que ya todo valió madres, la risa de la película sobre sí misma, "la crueldad cósmica" (Ernesto Diezmartinez).

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The Killing 10

20 comentarios:

@duendecallejero dijo...

:)...

Ahora, pa' completar el cuadro, deberás regresar sobre tus pasos hasta 1956 y ver una de mis películas favoritas del que sí es mi director favorito: Bob Le Flambeur de Jean-Pierre Melville. Ahí comprenderás de donde sacó Kubrick esa "Crueldad Cósmica".

Y bueno, ya que andas por ahí, habrías de revisar de pasada "la otra cara de la moneda"... O sea: Rififi Chez les Hommes de 1955... Y que próximamente, joder, será remakeada (y no creo que quede ni por asomo como el remake que hizo Neil Jordan de la de Melville: los rayos no caen dos veces en el mismo lugar, recordad).

Y, by the way... Luego de ver esta película ¿Sientes que lo dicho por Krakauer y que recién citaste no aplica en esta y en las otras películas?

Paxton Hernandez dijo...

:)

Sí y no. La aleatoriedad está ahí, tan es así que es lo que les acababa frustrando el plan para hacerlos millonarios.

¿Qué tal está Army of Shadows de Melville?

Paxton Hernandez dijo...

Pinche Melville, está recaro en Criterion. Más bien, pinche Criterion.

:(

@duendecallejero dijo...

Army of Shadows es otro boleto. Pero, bah, no puedo ser parcial. Oficialmente es mi director favorito... Lo que haga será masterpice to me.

Joel Meza dijo...

Hablan en lenguas para mí...

@duendecallejero dijo...

Klaatu Verata Nicktu, Joel.

El diablo probablemente dijo...

Pese a lo que decía Krakauer, Casta de malditos siempre la he visto como una gran tragedia. No comento más porque ya lo expresaste todo.

Búscate también (a propósito de las recomendaciones del Duende), A quemarropa (Point Blank), la de Boorman. Película obligada también en este aunto del film noir. Otra obra maestra.

Saludos!!

Taquero Narcosatánico dijo...

Ooooh Kubrick, oooh Kubrick.

:)

Paxton Hernandez dijo...

Duende - Creo que mi último pedido como hombre soltero en Amazon será: Army of Shadows, Bob Le Flambeur, Point Blank, Killer of Sheep y Don't Look Now. A ver qué tal. :)

Joel - Todo se arregla con un "soy la morsa".

Ojo en la cerradura - Saludos, y ya estaba anotada Point Blank.

Taquero - Jejeje. ¿Te orgasmeaste?

@duendecallejero dijo...

Siguiendo con lo aportado por El Ojo... Va otra lista de películas noir que engloban en sí mismas, un universo colindante, harto propicio para invertir horas y horas de no tan sano esparcimiento (y digo "no tan sano", puesto que uno termina, luego de dicho maratón, no sólo exhausto, sino con una idea fija: el mundo es una coladera y la pistola está cargada...).

Comenzando con el genial, aunque por siempre, según parece, ignoto Jean Pierre Melville, con su película Le Deuxième Souffle de 1966. Unas épica criminal que ya quisieran connotados realizadores (Mann, Scorsese, por nombrar dos), ya no digo mequetrefes culteros (Tarantino, Boyle, Kitano y el que salte). Luego, otra: Le Cercle Rougue de 1970... Aquí sí, mis respetos. Antes, una menor para Melville, pero mayor para el que se le ponga enfrente, y por ello para nada propicia para evasión: Le Doulos de 1963. Luego, le brincas a un compadre de Melville, Claude Sautet, que firmó una impresionante película llamada Classe Tous Risques en 1960 (y que con la ya mencionada Le Deuxième Souffle forma un involuntario díptico por compartir al autor del guión-novela: José Giovanni, y al actor: Lino Ventura... Otro olvidado).

Luego te brincas al Estados Unidos que iniciaba a ver ese cine europeo y que comenzaba a entender que había vida después del regimen de los estudios, y te zampas: Blast of Silence de 1961, dirección, guión y actuada por Allen Baron... Una película que antecede a la citada por El Ojo... La de Boorman... Que se fechó en 1967.

Y de ahí... Otra vez vuelas, vuelas, vuelas... Y te metes a ver Get Carter de Mike Hodges, 1971... Michael Cane de cabrón vengador justo cuando otro cabrón vengador comenzaba a llenar sus calcetines con monedas... Y se ponía de madrear gente en el metro: Charles Bronson en Death Wish de 1974, de Michael Winner.

Y ya que andamos con Bronson... Revisión obligatoria, también de Winner, sólo que de 1972: The Mechanic... Y que termines de pitear a los Wachowski (o como se escriba), por birlarse esta película cuando entregaron su Assassins.

Y si sobrevives a todo eso... Hay más... Luego, luego.

Anónimo dijo...

Yo tambien recomendaria de Melville, Le Samourai (modelo para la posterior The Way of the Samurai de Jim Jarmusch, mas cinica y con mas humor pero tambien muy chingona en mi opinion), diria algo al respecto de ella pero prefiero que el duende diga que opina que claramente es el experto en el tema melville, aunque si dire que la considero diferente al resto de sus peliculas, como que ese manejo de la tension tan magistral viene cubierto de un cierto balance, una paz interior que es a veces hasta inquietante,tambien recomendaria ver aunque sea un breve documental de melville de los que vienen con los dvds, namas porque era un personaje muy cagado y muy interesante.

@duendecallejero dijo...

Fijaos que por ello dejé al Samurai fuera simplemente porque él no es precisamente el proto-hommo-decadente del film noir que aquí tratamos. Algunos lo encierran en la cómoda etiqueta de neo-noir para decir que es lo mismo, pero diferente. Jef Costello es un chingonazo en lo que hace, y sí, ha impregnado con su escencia tanto a la película de Jarmush que mencionas (que se dijo siempre que es un remake no reconocido), hasta esa película de Bronson, The Mechanic... Y de paso le llega la referencia hasta el Hitman... Sí, la película del pelón ese que mata gente y que está basada en un videojuego.

Y con él volvemos a lo dicho por Krakauer, en el sano sentido inverso... He ahí un ejemplo, Paxton, de que también en el cine se dan los universos cerrados, donde cada uno de los personajes ya tiene el destino escrito en piedra: por más cabrón que nuestro personaje de los guantes blancos nos parezca, debemos recordar la máxima... El que a hierro mata, a hierro muere. Y él, Costello, lo sabe... Y lo entiende tan bien que al final, cuando ve que todos los caminos lo conducen al mismo fin, toma su mayor decisión siempre acorde a su Bushido. Y entonces, claro, llega el único final posible... Y mejor le paro. Mejor veo la película. Jo.

Anónimo dijo...

Y por ejemplo, peliculas mexicanas que vayan en el mismo tenor no existen? algun(os) film noir mexicano que sea(n) digno(s)?.

Ernesto Diezmartínez dijo...

Así, a bote pronto, La Noche Avanza (Gavaldón), Nocaut (Garcái Agraz), Cadena Perpetua (Risptein)... Esta última, una de las más grandes cintas mexicanas de todos los tiempos. Y a propósito de lo que dice el Duende aquí arriba: en estas tres cintas mexicanas los personajes protagónicos tienen un destino decidido de antemano. Ora sí que nacieron pa' maceta y del corredor no pasarán.

@duendecallejero dijo...

Sicierto... Más mi compa el Tarzán. En mi lista dejé fuera criminalmente esa hermosura que es He Walked by Night de 1948... de Werker...

El diablo probablemente dijo...

Y ya de paso, en plan homenaje "naif", anota también la de Cliente muerto no paga (1982), de Carl Reiner, con un Steve Martin como hilo conductor en un rompecabezas armado, por obra y gracia del montaje, con escenas de algunas películas célebres del período clásico del género. La comedia es bastante tonta, puro pretexto pues, pero el ejercicio tributario y de pura nostalgia, resulta de lo más disfrutable. Eso de ver a S. Martin interactuando con Bogart o Lana Turner o Verónica Leigh o Laughton entre muchos otros, tiene su lado delirante.

Paxton Hernandez dijo...

:) ........

Me van a desfalcar, jejeje.

@duendecallejero dijo...

Hombre, Paxton, del buró no pasas. Ven, acompáñanos.

Joel Meza dijo...

¡Camina hacia la luz, Paxton!
¡CAMINA HACIA LA LUZ!

Paxton Hernandez dijo...

jajajaja, what?!